domingo, 28 de junio de 2015

El despiporre ecoilógico

Cuando nos dicen que un producto es ecológico pensamos que esa denominación garantiza que es respetuoso con el medioambiente, (o lo más respetuoso posible), además, si acudimos a su etimología, observamos que “logos”= ciencia, por tanto cabría esperar que tras el etiquetado “ecológico” encontremos un buen montón de estudios científicos serios y rigurosos que lo respalden.

En esta entrada veremos como en Europa el reglamento ecológico es más bien ecoilógico, y trataremos de derribar algunas leyendas urbanas que orbitan en torno a este tema.



Según las directrices marcadas por la UE, para que un producto consiga el etiquetado ecológico ha de ajustarse al siguiente reglamento:

REGLAMENTO (CE) NO 834/2007 sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos.

REGLAMENTO (CE) no 889/2008 en el que se establecen disposiciones de aplicación del Reglamento (CE) 834/2007.

Uno de los mitos más extendidos es que la agricultura ecológica no emplea pesticidas, y no sólo los emplea, sino que en el reglamento tienen su propio anexo (enlace), entre las "perlas" que encontramos cabe destacar:
  • Sulfato de Cobre: muy tóxico para los organismos acuáticos y para el ser humano, con efectos nocivos duraderos. Para colmo el cobre no es biodegradable, por lo que su uso continuado puede llevar a que el suelo quede completamente estéril.
  • Permanganato de Potasio: su ficha de seguridad no deja dudas (enlace), aún cuando se ingerie en dosis bajas (microgramos) los efectos tóxicos de esta sustancia van desde úlceras, diarrea, quemaduras en la tráquea, a daños en los riñones y anemia.
  • Feromonas: ¿quién no ha oído alguna vez que existen malvados aditivos alimentarios que actúan "como feremonas"?, pues en la agricultura ecológica está permitido el uso de feromonas (sin el "como").
  • Espinosad: es un insecticida tremendamente tóxico para los insectos polinizadores (como las abejas), diferentes grupos ecologistas hacen campaña para la protección de las abejas, pero incomprensiblemente nadie se queja de que el espinosad tenga la categoría de "ecológico".
  • Bacterias, virus y hongos: también están permitidos en la agricultura "eco", resulta especialmente destacable el caso del Bacilus Thuringiensis (Bt), se fumiga sobre los cultivos porque produce una proteína llamada "Cry" que tiene propiedades insecticidas. A unos malvados científicos se les ocurrió introducir el gen que codifica la mencionada proteína directamente en las plantas, (denominadas plantas Bt), de esta forma no sólo no hace falta fumigar los cultivos, sino que los efectos de la Cry se limitan a aquellos insectos que intentan comerse los cultivos. A todas luces utilizar plantas Bt es más respetuoso con el medioambiente que fumigar bacterias, pero como se ha utilizado ingeniería genética para su creación no se pueden etiquetar como "ecológicas".
Este ligero repaso al reglamento "eco" hace dudar que los productos cultivados según la normativa sean realmente respetuosos con el medioambiente, pero ¿qué hay de la nutrición?, constantemente nos dicen que los productos ecológicos son mucho más nutritivos... cosa que es falsa, los metaestudios al respecto (como este y este) demuestran que en cuanto a nutrientes no hay diferencias. 

¿Y la seguridad?, a todos nos preocupa que los alimentos que ingerimos nos causen alguna enfermedad... pues si atendemos a las alertas alimentarias (enlace) encontramos que los cultivos más peligrosos son precisamente los ecológicos, así encontramos que la famosa "crisis de los pepinos españoles" (con 31 fallecimientos y más de 3.000 afectados) resultó que se debía acultivos ecológicos de fenogreco en Alemania, la crisis de las espinacas, huevos ecológicos con altísimos niveles de dioxinas...

Atendiendo a la información científica (por aquello del "logos"), los cultivos ecológicos han demostrado ser menos seguros y mucho más caros, por tanto, reflejaría mucho mejor la realidad si se modificase su nombre por "ecoilógico".

Llegados a este punto, hay que hacer una mención especial a los malvados transgénicos. Para ello tenemos que empezar aclarando que la mayoría de los alimentos que usted consume (incluso los adquiridos en tiendas "bio" o "eco") no aparecieron en la naturaleza tal cual, a modo de ejemplo tenemos:
Maíz (originario vs actual)


Tomates originarios (tóxicos)

Fresas (originarias)


Plátanos (originarios)



La manipulación artificial de los alimentos se ha realizado mediante varias técnicas:

- Selección artificial: seleccionamos y cultivamos las variedades que presentan unas características más favorables para nuestra especie, desechando el resto.
- Cruce de variedades: consiste en cruzar variedades diferentes con el objeto de obtener en la descendencia una combinación de los caracteres más favorables. Como el resultado del cruce depende en buena medida del azar pueden aparecer rasgos indeseados, por ello tras el cruce se hace necesario llevar a cabo un proceso de selección artificial durante varias generaciones.
- Mutagénesis inducida: este método consiste en exponer a la plantas a radiación o mutágenos químicos para provocar cambios en el ADN. Las mutaciones son completamente aleatorias, por lo que no es posible predecir el resultado final. Muchas de las variedades que vemos en los comercios han sido obtenidas por este método


Plantas sometidas a rayos gamma provenientes
 de una fuente radiactiva situada en el centro.
- Ingeniería genética: esta tecnología permite conocer con precisión el ADN de la planta y hacer las modificaciones que queramos de forma absolutamente selectiva y precisa. De todos los métodos disponibles, es el único que permite conocer con total exactitud cuál será el resultado final.
Resulta un tanto extraño que determinados sectores no tengan quejas con las plantas obtenidas por mutagénesis inducida, es más, puedan considerarlas como “ecológicas”, mientras que los obtenidos mediante ingeniería genética son etiquetados como un peligro público. Dicho de otra forma: hay quien piensa que modificar genes concretos es una aberración, pero bombardear el ADN a lo loco está muy bien.
Otra de las paradojas que rodea a algunos de los grupos ecologistas reside en los medicamentos; la insulina que utilizan quienes padecen diabetes es producida por una bacteria (E.Coli) a la que se le inserta el gen humano que codifica la insulina, como resultado se obtiene insulina humana de gran calidad y a bajo precio. La insulina es uno de muchos medicamentos que se sintetizan gracias a organismos transgénicos y ningún grupo ecologista se queja de ello, ¿es peligroso comer transgénicos pero no inyectárselos en vena?.
De entre todos los grupos "eco" que caen en estas paradojas, Greenpeace merece una mención especial, ya que su postura frente a los transgénicos es diferente en función del país, así por ejemplo en Europa es contraria, pero en EEUU no se opone.
Aún cuando se derriban los mitos en torno a los productos ecológicos y se toma conciencia de que muchos transgénicos son más respetuosos con el medioambiente que los etiquetados como "eco", hay quien dice estar en contra de la ingeniería genética por las actividades de una empresa llamada Monsanto, sin entrar en el debate sobre las maldades / bondades de esa empresa, hay que recalcar que Monsanto es una multinacional que si bien produce semillas transgénicas, también crea semillas ecológicas y convencionales, tanto es así que desde la web de Greenpeace España se pueden comprar semillas de Monsanto (enlace).
Quien suscribe estas líneas piensa que la alimentación y su seguridad son temas suficientemente serios como para redactar una legislación basada en la evidencia científica y el sentido común, dejando a un lado las leyendas urbanas.